viernes, 20 de febrero de 2015

Inteligencia Emocional y Educación para la Igualdad

Os dejo por aquí hoy la noticia que se publicó en el periódico del centro, El ECO DEL ESCANDON, por si no lo habéis leído.

Tradicionalmente  siempre se ha pensado que el éxito en la vida dependía del cociente intelectual (CI), de ser una estudiante o un estudiante académicamente bueno o buena. Sin embargo, poco  poco,  y cada vez más,   está cobrando importancia  la Inteligencia Emocional, es decir, la capacidad de adaptarte a las circunstancias que te rodean y tener desarrolladas ciertas habilidades y capacidades.  Eso es  lo que te permitirá ser un buen o una buena profesional, ser una persona plena y tener éxito en la vida. 
Trabajar las  emociones y habilidades sociales  como  la capacidad de ponerse en el lugar de los demás (empatía), o la capacidad de expresar opiniones de forma asertiva, es decir, sin hacer daño, defendiendo tus derechos, sin mostrar agresividad o pasividad cuando hablas con otras personas,  trabajar sobre el miedo, la tristeza, la envida, los celos, el sentimiento de culpa, el amor y los afectos;  conocerlas, saber expresarlas y controlarlas, es casi más   importante que   sacar buenas notas.
Como sabéis, en el cole están  trabajando en un proyecto sobre educación emocional, precisamente pare eso,  para que los niños y niñas puedan conocer y   desarrollar  todas esas  capacidades y habilidades  que permitan manejar sus  emociones, de tal forma que, puedan  llegar a mejorar su  desarrollo personal y su  calidad de vida conforme van creciendo.
Pues bien, desde mi punto de vista, es muy importante trabajar la  educación emocional para muchos ámbitos, pero también en el ámbito de la educación para la igualdad, puesto que  trabajar sobre  las emociones,  también  nos permite crear nuevas formas de relación entre hombres y mujeres, más igualitarias, más jutas y más solidarias. Os cuento. 
Creo que  todos y todas conocemos la existencia de ciertas creencias culturales y sociales sobre hombre y mujeres, unos son fuertes, autosuficientes y valientes, agresivos y audaces, y ellas son sensibles, dóciles, afectuosas y dependientes, y así es como unos y otras se deben de  mostrar.
Por eso, considero que es  importante trabajar sobre los aprendizajes emocionales, en el caso de los niños, para que muestren más empatía y asertividad, no tengan miedo a expresar sus emociones libremente en público, sean las que sean,  debemos de educarles para  tratar de minimizar las conductas violentas como forma de relación y proporcionarles  recursos para  gestionar de forma  pacífica los conflictos, no  triunfará aquél que sea  más fuerte, sino quien sea capaz de manejar la situación de forma pacífica, o al menos en ello debemos de insistir.
En el caso de  las chicas, no deben   olivarse de sí mismas, deben  hacer las cosas por y para ellas, trabajar sobre el miedo al éxito por el rechazo social, sea en el ámbito que sea, trabajar la autoestima   para que  se quieran y se acepten  tal y como son, sin importar los cánones de belleza,  tengan aspiraciones personales y profesionales al margen de lo  que la sociedad espera de ellas, y sepan defender sus espacios y sus derechos  de forma asertiva, haciéndose notar y respetar.
Es importante también  que desde la familia prestemos atención  a las emociones de nuestros hijos e hijas y entendamos que no hay emociones de chicos y de chicas, hay que acabar con cosas como “no llores como una niña”   y cosas similares, que aún sigo escuchando. Es importante educar las emociones sin género, para que las  personas seamos  libres para reconocer y expresar nuestros propios sentimientos, y sobre todo, tratar de no reproducir una cultura patriarcal  con creencias implícitas que hay que romper.
Nada más, el colegio y la familia, siguen siendo espacios prioritarios para hacer que nuestros hijos e hijas sean inteligentes emocionalmente, de esa forma vamos a favorecer desde la infancia la convivencia pacífica, la capacidad crítica y la construcción de nuevos modelos de relación, más igualitarios, entre niños y niñas, mujeres y hombre.

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